Después de haber confirmado que iba a ser candidato a gobernador, Espert se lanzó a la presidencia. De incorporarse a la contienda cambiemita, su participación perjudicaría exclusivamente a Patricia Bullrich ¿Buena jugada de Larreta?
Dado que Lilita y Manes no se bajan, con Espert son seis los aspirantes a la Rosada que siguen en carrera. La nueva incorporación es la primera que le disputa el voto "halcón" en la primaria a Bullrich, quién hasta el momento tenía el escenario ideal. Luego de bajar a López Murphy a la Capital, la ex ministra de seguridad solo tenía que asegurarse que los radicales vayan con fórmula aparte y le saquen algunos puntos al alcalde porteño.
La competencia parece equilibrarse con el anuncio del economista liberal, que está teniendo acercamientos inéditos con la Coalición Cívica. Los lilitos buscan mantener su representación parlamentaria cueste lo que cueste y la cantidad de candidaturas abiertas aumenta, pero también complica, sus posibilidades.
Lo cierto es qué hay muchos problemas para una candidatura del diputado de Avanza Libertad. Su imagen queda un poco dañada entre los potenciales votantes de Milei ahora que confirman la idea de que "jugaba para el pelado". Tampoco hay razones para creer que las complicaciones que tuvo para el armado nacional en 2019 serán muy diferentes en esta oportunidad. Parece que su posibilidad es armar listas en la Provincia de Buenos Aires e ir con boleta corta en casi todo el resto del país. Esto confirma la utilidad de su candidatura, donde su máxima aspiración puede ser conseguir un porcentaje cercano al 8% del 2021 y complicarle ~3 puntos a Bullrich a nivel nacional.
La difusión de un video en homenaje a Favaloro por parte de Patricia hizo sonar las alarmas del fair play en los cuarteles amarillos. El volumen de la interna PRO es tan necesario para seguir captando la atención de cara a las PASO, como potencialmente peligrosa frente a un futuro gobierno.
En este proceso se da un reconfiguramiento del partido que, desde la renuncia de Macri a la candidatura, fortaleció su nuevo perfil. Ya no se puede hablar del PRO como un partido pyme, o pensarlo exclusivamente bajo la óptica de los nuevos partidos profesionales-electorales. La disputa de liderazgos a nivel nacional y provincial demuestra un arraigo social que va más allá de los nombres de sus referentes.