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De cara al 2023

El Gobierno preocupado por el 14 y el 15

Además de las elecciones generales del 14 de noviembre, el oficialismo está a la espera del día después y los efectos de sus resultados.

Las elecciones generales se realizarán el 14 de noviembre.
Las elecciones generales se realizarán el 14 de noviembre. Archivo.
Augusto Milano 20 octubre de 2021

El Gobierno está obligado a moverse dos fechas en la cabeza: el 14 y el 15 de noviembre. Mientras piensa en medidas con las que pueda mejorar su desempeño electoral el 14, también analiza lo que deberá hacer a partir del 15 si el resultado de las elecciones es similar al de las primarias como anticipan las encuestas. La experiencia de los inciertos días posteriores a las primarias fue muy negativa y se evitará repetirla dando una respuesta rápida. La diferencia es que luego de las primarias, restarán solo dos meses para las próximas elecciones, pero después de las generales faltarán dos años. La transferencia que está en marcha de recursos económicos a sectores que no acompañaron al oficialismo, a pesar de que siempre formaron parte de su base electoral, es una estrategia de cortísimo plazo como también lo es el congelamiento de precios. Pero para los próximos dos años, el Gobierno deberá poner en marcha un plan más integral si pretende enfrentar con posibilidades las elecciones de 2023. 

Luego de los primeros días caóticos con posterioridad a las primarias, la coalición oficialista se reacomodó con un empate para que intentar llegar unida al 14 de noviembre. Eso se logró, luego de la carta de Cristina Kirchner, con la incorporación de Juan Manzur y la continuidad de funcionarios, que encabezados por Eduardo de Pedro, presionaron al Presidente -algo sin antecedentes en la vida democrática del país- con la presentación de sus renuncias. Pero las diferencias en la coalición oficialista quedaron expuestas como siempre ocurre luego de las derrotas cuando no hay liderazgos definidos. Alfonsín, Menem, Kirchner y Cristina también perdieron elecciones intermedias, pero nadie puso en duda quién mandaba en el oficialismo. Ahora, el 17 de octubre se tiene que festejar con tres actos diferenciados.    

Luego de las derrotas, los gobiernos casi siempre cambian. Y en caso de una derrota, a partir del 15 el oficialismo deberá definir el sendero que transitará durante los próximos dos años. Los funcionarios que ingresaron luego de las primarias, seguramente permanecerán en sus cargos. ¿Qué pasará con los otros? 

Todo dependerá de la lectura que se haga de los resultados y a partir de allí definir una estrategia, porque la situación de frágil empate, que deje al descubierto las diferencias internas, no se podrá sostener por mucho tiempo.           

El camino de la radicalización en el manejo de la economía es inviable, lo que no evitará que algunos lo propongan, porque el país no cuenta con los recursos para financiarlo. La otra alternativa es avanzar en acuerdos con la oposición en el Congreso en algunos temas económicos, el primero de ellos debería ser la negociación con el FMI. Lograr un gobierno más homogéneo, con una agenda acotada, sin algunas de las grandilocuencias que caracterizaron al relato kirchnerista y que apunte a recuperar el voto de los que no fueron a ninguno de los actos del 17 de octubre. Un camino más modesto, pero que apunte a mejorar la situación económica, clave para cualquier resultado electoral en el futuro.    

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