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Milei

Es la representación, estúpido

Pasó lo que nadie pensó que iba a pasar, y ya nos pasó tantas veces que habría que preguntarse si la brújula está desmagnetizada, o los prejuicios son muchos.

"Los enojados votaran por alguien".
"Los enojados votaran por alguien". El Economista
Lucas Sebastián Raffo 24 noviembre de 2023

Toneladas de tinta se vuelcan sobre el triunfo de Javier Milei en estos momentos y no quiero ser la excepción. Pasó lo que nadie pensó que iba a pasar, y ya nos pasó tantas veces que habría que preguntarse si la brújula está desmagnetizada, o los prejuicios son muchos

Javier Milei ganó porque fue el mejor representando los ánimos de una sociedad hastiada de la crisis, las consignas vacías, y el fetichismo de un Estado que, por fuera de los sloganes, hace mucho que funciona mal, no resuelve, y entorpece. La clave en el sistema democrático reside en representar. El que más y mejor representa, tiene altas probabilidades de ganar, y el voto es el vehículo del representado para expresarse. Esto que estoy diciendo parece una verdad de Perogrullo, pero si analizamos el devenir de las campañas y el comportamiento de la clase política, podemos ver que lo obvio había sido olvidado. 

Desde estas mismas páginas durante 2021-2022 y 2023 vinimos advirtiendo de este fenómeno, y de cómo la procrastinación de la clase política a la hora de hacer su trabajo podía llevar a este desenlace. Ningún indicador de los que movían la aguja mejoró en estos años. Todos empeoraron. La campaña del miedo y azuzar fantasmas solo sirven si el destinatario del mensaje siente que tiene algo que perder. 

Es cierto que el desenlace del ballotage tiene múltiples causas, pero quedarse únicamente en la influencia de eventos como el acuerdo Macri-Milei es obviar factores estructurales que construyen el escenario donde las decisiones individuales destacan. El acuerdo Macri-Milei es producto de un clima, de la lectura de un contexto. Macri "olfateó" lo que fermentaba en la sociedad y movió aún con gran parte de los actores de Juntos por el Cambio en contra. No quiero pecar de cruel, pero al "domador de reposeras" le alcanzó con una pincelada para contribuir a ganar el partido. De los laguneros hay que cuidarse siempre. 

Javier Milei se paró exitosamente sobre un colectivo de votantes que Juntos por el Cambio y el peronismo dejaron de representar. La pérdida de la representación no la desencadena un solo suceso, sino que es un proceso que se da con el tiempo, de forma paulatina y acumulativa. Desde 2018 con el naufragio de la gestión de Cambiemos Milei fue construyendo legitimidad y representación fundamentalmente en las redes sociales con recortes de sus apariciones mediáticas. La pandemia y la gestión atrofiada del Frente de Todos profundizaron la percepción de que "la decadencia argentina" tenía un responsable claro: la casta. Los unos y los otros.

El éxito en interpelar y representar desde las emociones fue tan grande que, como contamos con Emilia Reiszer, puso en jaque a las dos formas existentes de construcción política "desde arriba" en la Argentina: al peronismo ya no le alcanza con la típica coalición sectorial y corporativa, y a Juntos por el Cambio no le alcanzó con la colección de partidos y dirigentes multipartidarios: de hecho, dos de los tres partidos de la alianza opositora llamaron a votar en blanco, y no los siguió nadie. El voto en Blanco apenas cosecho 1,55%. Las coaliciones sumaron comunicados y corporaciones, pero se les fugó gente.

Y es que el votante de Milei venía sintiendo que estaba afuera de la fiesta. Son los que no sienten pertenecer a ningún colectivo, clase, organización, sindicato, partido, etc. La Libertad Avanza logró lo que en las legislativas del 2001 nadie pudo: que los enojados votaran por alguien. Así como en aquel momento la convertibilidad ya estaba muerta, el modelo social y económico inaugurado al calor del post-2001 estaba agotado desde hace tiempo, se agotó en legitimidad y financiamiento. Como en todo sistema o modelo (argentino o en el mundo), cuando la política se resiste a desconectar el respirador, la misma sociedad lo hace por las buenas (el voto) o por las malas. Haber procrastinado en intentar entender y representar es la causa de que esta vez quienes partían como favoritos a principios de año la vean pasar desde el banco de suplentes. Hasta la próxima ocasión.

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