Mendoza, Tucuman, San Luis y Corrientes pasaron por las urnas y consolidaron la tendencia. Ya suman diez las provincias que han tenido elecciones locales y se puede hablar de varias similitudes, probablemente ninguna extrapolable a la elección nacional.
Los electores provinciales no castigaron a sus oficialismos por la gestión de la pandemia ni por la situación económica. O hay un crecimiento ignorado por las mediciones estadísticas o la ciudadanía no reconoce en las administraciones locales ninguna responsabilidad sobre el empeoramiento de las variables económicas y sociales.
De la decena de elecciones; en ocho ha ganado el ejecutivo, y en las dos restantes llegarán a la magistratura personas que han pasado por los gobiernos de sus provincias. Otro factor que sorprende, si se aplica la mirada porteñocentrista, es el buen desempeño en términos generales de las alternativas peronistas. Con la clara excepción de Mendoza, los justicialismos provinciales retienen a su histórico electorado.
A pesar de que cualquier observador serio descartaría las extrapolaciones nacionales de estos resultados, sería igualmente ingenuo pedirle esta seriedad a quienes están en carrera para llegar a la Rosada.
Larreta y Bullrich están triunfando en cuanto a la centralidad que lograron darle a su interna. En este caso, el jefe de Gobierno la tiene más fácil a la hora de hacer el ejercicio discursivo que justifique que los resultados apoyan sus posturas.
No ha perdido tiempo en centralizar la demanda, en conjunto con la mayoría de los miembros de la coalición opositora, para continuar ampliando el frente. Secundado por figuras de lo más diverso del espectro ideológico, como Pichetto, Ferraro, Espert y Stolbizer, Larreta reiteró su intención de incorporar al peronismo no K.
Bullrich, por su parte, tiene complicado usar los resultados del domingo para fortalecer su discurso del "cambio a fondo", sin acuerdos ni cesiones. Es claro que el escenario después del 10 de diciembre necesitará de acuerdos transversales y es Larreta el que mejor entiende esto. Sin embargo, los números muestran que sin importar esa realidad, Bullrich es quien mejor interpreta al electorado nacional y estaría sacando ventaja en la interna opositora.
