Las últimas intervenciones del presidente y sus repercusiones son un símbolo del panorama de un oficialismo que ya no puede esconder sus problemas estructurales.
El acto en Parque Lezama reunió a la tropa política, en lo que buscó ser el festejo por conseguir la personería jurídica del partido nacional y el debut de Karina Milei con un discurso propio. La baja convocatoria y el mal desempeño discursivo de la número dos del Gobierno sellaron el fracaso de la iniciativa, donde se expuso al presidente a una nueva aparición negativa para su imagen.
Desde el entorno de Karina buscaban generar un acto multitudinario donde se dé impulso formal al armado nacional propio, en un contexto de fracturas internas dentro del oficialismo, y un clima mediático donde se comienza a instalar la percepción de caída en la imagen del Gobierno.
La aparición del presidente era necesaria para generar una convocatoria que reúna simpatizantes, al margen de los dirigentes y referentes de la nueva formación partidaria. Sin embargo, los espectadores no fueron más que el núcleo duro de la militancia digital y territorial.
Luego del fracaso de la cadena donde se presentó el proyecto de Presupuesto, la poca trascendencia del discurso en la ONU opacado en la repercusión internacional por el nuevo número de la pobreza, el acto en Lezama no ayudó a revertir esta tendencia.
Al margen de sus insistentes insultos al periodismo, el presidente se refirió por primera vez a los números negativos de las encuestas. Haber manifestado esta preocupación no lo ayuda en su retórica mesiánica, en la que pretende hablar en nombre "de la gente".
Su discurso y sus posteriores manifestaciones dejan ver que su encono contra los medios no es mera oportunidad, sino que se lo ve genuinamente afectado, en lo que puede ser su peor decisión estratégica.
Hoy el presidente sigue sin tener representantes opositores que logren ganar legitimidad dentro del espectro creciente de votantes que no creen en el camino iniciado por el oficialismo.
Su pelea con los medios, bajo la idea de que su militancia digital puede reemplazar las funciones del periodismo tradicional, es una buena noticia para el antiperonismo que aún se puede jactar de defender el republicanismo.
Mauricio Macri se enfrenta a un cálculo fino en cuanto a la decisión estratégica para las elecciones legislativas del año que viene. Aunque lo más probable es que se organice de manera independiente en cada distrito, serán fundamentales los alineamientos en la CABA y la Provincia de Buenos Aires para posicionarse como alternativa en 2027.