Están los que defienden convencidos, los que apoyan por inercia, los que critican por convicción y los que insultan por interés. El debate sobre la necesidad de las Primarias Obligatorias suma profundidad a la grieta partidaria, aunque no hay consenso en las coaliciones.
En el Frente de Todos, los primeros que alzaron la voz sobre la necesidad de dar el debate fueron los gobernadores. Aparentando preocupación por el gasto que trae la instancia electoral, elevaron el pedido al Presidente. Sin embargo, no fue unánime el reclamo, y aunque son mayoría los silencios dentro de la coalición peronista, a Leandro Santoro le ganaron las convicciones y afirmó que es “lo peor que podemos hacer”. La mayoría silenciosa dentro de las filas oficialistas es precavida a la hora de criticar las primarias porque no olvidan haber impulsado su sanción en 2009 y cuando Cambiemos insistía en eliminarlas a principios de 2019.
Dada la minoría parlamentaria del oficialismo, la primera incógnita está en las bancadas de variable apoyo al gobierno. El artículo 77 de la Constitución requiere la mayoría absoluta de ambas cámaras para la modificación del régimen electoral. La dificultad para contemplar la suspensión de las paso está en Diputados, donde la matemática le juega en contra al oficialismo. Con 118 diputados propios y cuatro probables aliados del bloque “Provincias Unidas”, quedan a siete votos de alcanzar el objetivo. Los primeros en acortar ese brecha fueron los tres diputados de Córdoba Federal, luego de que Schiaretti aclare que siempre mantuvo una posición contraria a las PASO.
El gobierno no tiene muchos lugares para buscar a los cuatros diputados que le faltan para permitirse pensar en suspender las PASO. El resto del Interbloque Federal, “Identidad Bonaerense” (3) y el Partido Socialista (2), se pronunciaron en contra de debatirlo en estas circunstancias, aunque un espacio con más ímpetu que el otro (respectivamente). Estos cinco diputados sobrarían para darle media sanción al proyecto, pero con poder de veto para ambos espacios. Descartada la alianza de centro, no quedan más que los extremos como posibles aliados para alcanzar la mayoría.
La izquierda y la derecha comparten el hecho de ser críticos históricos de las PASO, pero por causas bien distintas. Desde el FIT, ven a las primarias como un filtro prescriptivo para la competencia partidaria, por su umbral del 1,5%, aunque aprovechan los recursos que reciben por la doble instancia electoral. En el otro extremo del espectro, los cuatros diputados liberales ideológicamente se oponen al gasto que representa una elección que “sirve solo a los políticos”, aunque les sería peligroso pararse en la misma vereda que el oficialismo.
Juntos por el Cambio tiene, en su posicionamiento frente a las PASO, una paradoja a la que le ha encontrado solución. Aunque hace solo tres años, en la previa inmediata a las elecciones presidenciales, insistían en eliminar las primarias obligatorias por su supuesta inutilidad y elevado gasto, hoy las necesitan para definir un liderazgo. Sobre la convicción, está la apariencia y el interés. Quienes se auto perciben opositores, independientemente de sus preferencias, se encuentran en una cruzada contra la iniciativa. Hay pocas oportunidades mejores para criticar a un gobierno que cuando trata de cambiar las reglas electorales, más aún en un contexto de impopularidad y de la polarización.
Pero aunque los gobernadores peronistas afirman que suspender las PASO le permitiría dirigir más recursos a áreas urgentes, es claro que el ahorro no es la razón principal. Al igual que en 2019 con el gobierno de Cambiemos, los oficialismos tienen incentivos para eliminar esta herramienta electoral. Mientras que los partidos que ocupan el ejecutivo no suelen tener disputas de liderazgo que ameriten internas públicas, en la oposición un mecanismo como las PASO puede ser vital para ordenar una oferta atomizada de candidatos.
A partir del riesgo de la eliminación, en Juntos por el Cambio ya piensan en que hacer frente a ese escenario. Las PASO le asegura a la coalición un marco de contención para definir el candidato. La mayoría simple requerida para ser designado candidato por una alianza define una regla fundamental, que en caso de eliminarse el mecanismo estatal, podría resultar en un conflicto interno para Juntos.
Un precandidato con un voto más que el segundo dentro de un frente electoral es el candidato oficial. Esto abre la puerta a negociaciones y amenaza de chantaje ya que las fórmulas tienen incentivo para fomentar la fragmentación de las posiciones contrarias dentro de la alianza. En resumen, a Rodríguez Larreta le conviene que haya más de una fórmula de “halcones” como podrían serlo Bullrich por un lado y López Murphy o Espert por el otro. De la misma manera, el ala dura del PRO estaría mejor posicionada con una candidatura unificada y con las opciones moderadas fragmentadas. Cualquier sistema de interna a una vuelta trae consigo este inconveniente, cuya solución más explorada son las candidaturas cruzadas, donde se diluyan las diferencias ideológicas entre las fórmulas de la coalición.
Esto debe ser algo a contemplar en caso de que sea necesario que Juntos organice sus propias internas. Un sistema de segunda vuelta no es la única opción en caso de que la interna no sea abierta se puede experimentar con el voto ordinal, donde los electores expresan sus preferencias en orden y se ahorra el “balotaje”.
De suceder, la suspensión de las PASO obedecería exclusivamente a motivaciones egoístas de los actores con poder de decisión. Dicho esto, su eliminación empujaría a los partidos a aclarar la oferta partidaria y a repensar alianzas que carecen de cercanía ideológica. Lo que está claro es que pasada la elección, no queda nadie que se acuerde de la relevancia dada a estos temas. La única propuesta sensata a 10 meses del cierre de listas es definir que asumido el nuevo gobierno en diciembre del 2023 se trabajará en una comisión multipartidaria en las reformas de fondo y superficiales al sistema electoral. Alejados de las excusas y los intereses mezquinos, es necesario que la política zanje al menos una de sus discusiones recurrentes, defina el procedimiento de internas, boletas y de paso cumpla en actualizar la cantidad de diputados nacionales por provincia.