En el video de seis minutos que Mauricio Macri publicó hace una semana, dejó clara su voluntad de dar un paso al costado de la contienda electoral. Manifestó que la decisión estuvo motivada por la idea de poner fin a la historia de caudillismos mesiánicos de nuestro país. también aprovechó para tratar al actual presidente de títere, remarcando que él nunca tendría esa influencia sobre alguien.
Su altruismo no le duró mucho. Unas horas más tarde de la emisión del video reflexionaba en una entrevista televisiva sobre sus dudas con respecto a la decisión. Habló de que tiene "un enano" en la cabeza que le pedía que se presente, que iba a ganar. Más allá de las habilidades futurólogas del enano de Macri, y del debate con relación a sus dudosas posibilidades electorales, se entendió con su declaración que la decisión no le fue fácil, cosa que sería evidente con sus manifestaciones posteriores.
La más relevante de estas fue, un día después de sus 6 minutos de anticaudillismo patriótico, cuando decretó que en la Ciudad debía haber sólo un candidato del PRO, y este tenía que ser Jorge Macri. La investidura del intendente electo de Vicente López no solo es un ejercicio de nepotismo, sino también una clara intención de vulnerar la Constitución de la Ciudad.
La inconstitucionalidad de la candidatura del primo del ex presidente en la Ciudad no parecería tener espacio para debate. Sin embargo, se da por descontado que algunos jueces porteños tendrán alguna interpretación que deberían guardarse para la literatura fantástica.
La Constitución de la Ciudad estipula que para ser candidato a Jefe de Gobierno hay que haber nacido en el distrito o tener residencia en el por al menos 5 años anteriores a la fecha de la elección. Jorge Macri, nacido en Tandil, hace un quinquenio era intendente de Vicente López y estaba a punto de ser reelegido. Para que no quede lugar a dudas, se le puede incorporar los requisitos para ser intendente, que exige una residencia de al menos un año previo a la elección municipal. Dado que reeligió en 2019, para asumir el cargo que ganó tuvo que haber sido residente en 2018, el mismo año que le requiere la Ciudad para ser candidato a Jefe de Gobierno.
Mauricio Macri no puede alegar desconocimiento de la Carta Magna del distrito que gobernó por ocho años, por lo que las presiones para que se designe a su primo como único candidato del PRO le hace ganar sobradamente el sello de nepotista. La gran incógnita es cómo reaccionará Larreta a este pedido. Su respuesta final se va a hacer esperar, y tendrá importantes consecuencias en el ordenamiento de la oferta electoral porteña y nacional.
