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La columna semanal de Carlos Leyba: "Lo que proponen es el problema"

Está muriendo la idea de una Argentina que estaba orgullosa de "m'hijo el dotor", de una sociedad donde era posible integrarse socialmente.

La columna semanal de Carlos Leyba: "Lo que proponen es el problema"
La columna semanal de Carlos Leyba: "Lo que proponen es el problema"
Carlos Leyba 13 septiembre de 2024

Durante la 45° Convención del IAEF, el Presidente ofreció, a su público entusiasta, una demostración manual de sus habilidades onanísticas (ver "Milei les hizo el gesto de la paja a los empresarios que piden levantar el cepo", LPO 6/9/24). 

Los grandes diarios nacionales, tan denostados por Milei, han decidido cuidarlo hasta el extremo de ocultar estas manifestaciones, que si hubieran sido realizadas, por ejemplo, por M. Tetaz, H. Rodríguez Larreta o M. Llaryora, etc., miembros de la "casta", habrían sido tapa. 

A Javier, los grandes medios, le perdonan estas desviaciones y las encubren. Pero serían y han sido, implacables con los demás. 

Para una sociedad que vivió la locura de la guerrilla y el horror de una Dictadura Genocida, una guerra con la OTAN, gestos de desorden resultan poco relevantes. Han pasado cosas peores. 

El público, numeroso, calificado, que nuestro Presidente convoca, aplaude a rabiar esas -cómo llamarlas sino- vulgaridades. Y el público que aplaude vulgaridades...¿es "el vulgo"?

En esta oportunidad incluyó a los "ejecutivos de finanzas". ¿Qué tendrá Javier? ¿Qué es lo que lo hace tan especial? 

Volvamos a la convención de los líderes de las finanzas, los líderes del mercado. De ninguna manera lo son los empresarios pymes de los sectores de la producción: estos están en una cadena, un engranaje de la producción. 

Lo que "vibra en el mercado" son las finanzas: puede haber recesión y "los mercados" vuelan; puede aumentar la desocupación y las acciones suben. 

Hay una realidad que se mide a diario y ocupa páginas y pantallas de TV y hay otra -en circunstancias como ésta - desconectada, pero sobre la que se asienta el futuro. No es parte de la noticia. Pero es la estructura de la realidad. 

No es lo que se ve. Es como los cimientos: no se ven, pero si colapsan nada se sostiene. 

La convención del IAEF es la quinta esencia de la "vibra del mercado" y las palabras de Milei fueron mágicas: su discurso terminó así: "Y en un momento, la cantidad de dólares va a ser tan más grande que la cantidad de pesos, que vamos a poder cerrar el Banco Central, y así va a terminarse de por vida el cáncer de la inflación argentina. Muchísimas gracias". Y los hombres de las finanzas estallaron en un aplauso conmovedor.

Pero antes, la representación oficial, el show de las palabras, tuvo un anticipo. Habló Federico Sturzenegger quien, explicando su tarea desregulatoria, puso el foco ejemplificador en el sector de la yerba mate. 

Al respecto afirmó, sin que se le mueva un músculo de la cara, que los productores de yerba mate agotan su esfuerzo en el mercado argentino. Dijo, en el minuto 34 de su presentación conversando con Florencia Donovan: "El 96% de las familias en la Argentina consumen yerba (yerba mate)" y relatando una charla con un productor, dijo "¿y cuánta gente consume yerba en el resto del mundo?". Supuestamente el productor le responde: "Ninguno". Sigue su relato: "¿cómo, le digo, ninguno?". 

"¿No conseguís nadie en el resto del mundo y estás viendo como lo embromas al consumidor argentino?".  

Los ejecutivos de finanzas aplaudieron a rabiar el hallazgo...de Federico...la yerba sólo se vende en la Argentina. Increíble (Grabación "Rugido Libertario").

Pero Federico, que fue diputado nacional, presidente del BCRA y que es ministro, no puede ignorar que, el de la yerba mate, es uno de los 28 complejos exportadores de la Argentina que releva el Indec y que nuestros clientes habituales son Siria, Chile, España, Líbano, Estados Unidos y Turquía. Si pasa, pasa. Ese tipo de desinformación es parte del "principio de orquestación" que es uno de los 11 principios de la propaganda de Joseph Goebbels. 

Sturzenegger es simpático, abrumador, seguro, un muy buen expositor y seguramente un académico con honores. Pero en el caso de la yerba, que es en el que más se detuvo, simplemente no dijo toda la verdad y una verdad trunca, no es verdad. Feo. 

Hizo muchas afirmaciones graves, sobre muchos sectores productivos, a las que el público de las finanzas aplaudió. Se entiende las finanzas están de fiesta. Pero las fiestas de las finanzas generalmente coinciden con los velorios para la producción: este año, por ejemplo, se estima que la siembra de maíz será como mínimo 17% menor al año anterior. 

En las fiestas la gente se distrae y a veces el final de fiesta en lugar de ser inolvidable, muchos lo desean olvidar. A los argentinos nos pasó. Todas esas fiestas terminaron mal.

Las fiestas de las finanzas han estado asociadas a extraordinarios negocios, generalmente abastecidos por el carry trade, el pedal financiero, altas tasas en pesos con dólar previsivamente planchado, aplastado, tablita de los 70, convertibilidad, dólar barato para ganar elecciones, Cristina, Macri. Y cuando la clase media existía y era numerosa, "deme dos", la realidad anestesiada por  el consumo de importados, mientras crecen el desempleo y la pobreza estructural. El kirchnerismo, esa variante espantosa del peronismo sin cerebro, calmaba las estadísticas con empleo público y el hambre con el reparto clientelar.    

El talento de show man de Javier Milei es innato y su capacidad de construir consignas fáciles es sencillamente extraordinaria. 

Por eso ha logrado blindar su imagen en el vulgo (RAE, conjunto de las personas que en cada materia no conocen más que lo superficial) al punto de que no irrita que nos anuncie "soy el político más popular del mundo" micrófono sostenido por Luis Majul (LN +) en la Casa Rosada (hace tres meses); "soy uno de los dos políticos más relevantes del Planeta Tierra" micrófono sostenido por Luis Majul (LN+) (hace 10 días) "soy el máximo exponente de la libertad mundial" (20/5/24) micrófono sostenido por Joni Viale (TN). Ni una repregunta, por favor. 

Lo de Federico no es "natural", contó que fue entrenado en 2014 por Jaime Durán Barba. Causó mucha gracia, en Estados Unidos, cuando relató las instrucciones recibidas y que cumplió para ser candidato: eran pocas cosas, "no propongas nada", "no expliques nada". Federico dice "el debate es sobre inflación" y el consultor le dice que si explica lo que va a hacer tendrá que decir que "la gente va a perder su trabajo" y "eso es lo que no queremos que digas" y Federico pregunta "¿y entonces qué digo?" respuesta "habla de tus hijos" (LPO 29/7/15). 

Tal vez Federico sabía que no era verdad lo que decía sobre la yerba mate. Pero golpeaba al auditorio vibrante de las finanzas. 

Los tours de compras a Chile, las vacaciones en Brasil, Europa y Miami están haciendo furor: es más barato allá. Ya lo vimos. El argentino es el único consumidor que repite en pocos años el mismo error que genera un entusiasmo incontenible. Sobre todo en el mundo de las finanzas.

Federico asegura un mundo mejor a la manera del mayo del 68 "prohibido prohibir". Una revolución para terminar con esa manía de producir, cuando podemos importar y la capacidad de generar un dólar barato de modo de tener nuestra "enfermedad holandesa" -hacer carísima nuestra producción- gracias a la abundancia de dólares, no como consecuencia de un aumento sostenido de la productividad sistémica, sino como consecuencia de las ingenierías financieras o del apriete del canuto para permanecer unos días más en la consideración de ser clase media. Ahí está el asunto.

C. Pagni, en Odisea Argentina, presentó la encuesta de Hugo Haime que cuantifica la transformación de nuestra estructura social: en 2002, en los momentos de aquella crisis que la recordamos como "descomunal", efectivamente fue un salto hacia atrás de dimensiones homéricas, el 23.6% de la población se consideraba en el estado social "bajo". En 2024 ese sector se duplicó: ahora el 40,5% de la población se considera que está "abajo". 

La estructura social se hace frágil, los cimientos de la sociedad son la pobreza. 

Es cierto, no es la responsabilidad de los 9 meses de Milei y Sturzenegger o Patricia. No. De ninguna manera. La sociedad que tuvimos se rompió antes. Es insoportable volver al pasado. Pero nos desvela saber porque dejamos de ser lo que fuimos. 

¿Cuándo se dispara la tragedia? Isonomía, Pagni dixit, estableció que en 2011 el 70% se percibía de clase media y ahora, sólo lo hace el 35% y en 2011 el 29% se auto percibía como de clase baja y ahora lo hace el 63%. 

No es la pobreza medida objetivamente por ingresos que, como señala Agustín Salvia (Clarín 12/9/24) estarían un "promedio aproximado para el primer semestre del año de 18% y 52% (9 puntos más de pobreza extrema y 12 puntos más de nuevos pobres que hace un año atrás)" sino que es la "autopercepción" que hablaba más del futuro y de la pérdida de la esperanza, que del presente y del dolor de ya no ser. Estos 9 meses no son el origen, pero nos empujan barranca abajo. 

Para Milei y Sturzenegger y Patricia, la "justicia social es un robo". El Estado no debe tener ninguna responsabilidad en la construcción de la estructura social, no es una cuestión de la política. 

Esa concepción está ganando. Quedó demostrado por la decisión de legisladores radicales y del PRO que habían votado la ley de recomposición de las jubilaciones y cambiaron su voto incorporándose intelectualmente a la visión de Milei: se suman a la construcción de una sociedad de mercado.  Una sociedad regida por el dinero. 

Por eso me he detenido en la reunión de IAEF: quien repase el discurso de Milei verá que "su tema" es el dinero. No hay otra cosa.

No importan las deserciones de los legisladores, lo que importa es que está muriendo la idea de una Argentina que estaba orgullosa de "m'hijo el dotor", de una sociedad donde era posible integrarse socialmente, donde los inmigrantes lograban lo que sus países de origen le habían negado. 

Ahora los hijos, nietos o bisnietos de esos inmigrantes se van. Parecen decirnos "se acabó el futuro". 

Los criollos recordamos el final de "Don Segundo Sombra" "Aquello que se alejaba era más una idea que un hombre". 

Aquella idea de Argentina es la que está partiendo; la que nos proponen "los que mandan", es espantosa. Ese es el problema.

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