Escenario La columna semanal de Carlos Leyba: "Lo que proponen es el problema"
Está muriendo la idea de una Argentina que estaba orgullosa de "m'hijo el dotor", de una sociedad donde era posible integrarse socialmente.
sab 05 Oct
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Economista
Lic. en Economía Política UBA - Post Grado en Econometría ULB (Bélgica)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Español
Está muriendo la idea de una Argentina que estaba orgullosa de "m'hijo el dotor", de una sociedad donde era posible integrarse socialmente.
Para salir del estrecho entre Escila y Caribdis hay que reconstruir la alianza "producción, campo e industria y política" para crear trabajo, única medicina social: no hay otra.
En el océano de la decadencia, que es la gigantesca pobreza en que vivimos, destruir valores es usar la pedagogía del poder para adoctrinar que "la justicia social es una aberración" mientras 1 millón de niños se acuestan sin comer. Señor ¿qué nos pasa?
Una vez más, "la política" ha renunciado a debatir las ideas maduradas para, desde el Estado, construir la Nación.
¿Por qué razón nos empeñamos en no emular las estrategias que han permitido el desarrollo, en algunos casos vertiginoso, de los países que han crecido?
El dinero será escaso y "el mercado" producirá, sin errores de cálculo, el mayor beneficio social posible en el menor tiempo posible.
Chaplin, vidriero, programaba que "el pibe" rompiera vidrios: Carlitos se ofrecía a repararlas. "Reparadores de daños", que ellos mismos producen, para el galardón de salvadores.
La pregunta del momento es si es posible pretender la estabilidad liquidando el crecimiento.
La "destrucción del Estado" como programa es la eliminación del futuro: no hay Nación sin Estado y justamente "el futuro" es la construcción de la Nación.
Milei, hijo de un colectivero nacido en 1943, llegó -gracias al programa iniciado en 1930, que Javier condena- a ser parte de la clase media. Todo terminó hace 50 años: Montoneros, Caballeros del Fuego, Ordalía sangrienta de la represión = "industricidio" + pobreza.
La gigantesca contradicción, la "fatal arrogancia", es que Milei cree saber cuál es el tipo de cambio de equilibrio, no sólo hoy sino todos los días y meses después que asumió y por los que le falta gobernar. La pregunta que se impone es...¿y él cómo lo sabe? "Las fuerzas del cielo".
La inflación desacelera. La economía real cae. Con los datos del primer trimestre, C. Rodríguez y D. Cavallo avizoran depresión. Milei heredó una catástrofe. En "lo real" barranca abajo. Lo financiero, que a Caputo II "le importa", vuela.
Milei dice que "la economía va a subir como pedo de buzo". El buzo está hundido en las profundidades marinas. Y si es una analogía de nuestra economía, Milei señala que está hundida. Nadie se precipita a las profundidades del mar si no es que "algo o alguien" lo arroja.
¿Quién de las fuerzas del cielo puede hablar con las ratas? Así estamos. No hay inocentes.
Para Milei (religioso) y Caputo (que se acompaña con una estatuilla de la Virgen María) la "compasión", que inspira a la civilización occidental judeocristiana, no forma parte de sus diseños de política económica. Motosierra y licuadora no son herramientas de la solidaridad.
La caída de la actividad económica ya es alarmante. Claro que la inflación bajará. La disminuirá la recesión y el ejército de desesperados que no generan demanda sino que demandan sobras que, por ahora, no tienen precio y por eso "desinflacionan". ¿No la ven?
En materia política nacional, Milei ha generado conflictos con todas las provincias, sus gobernadores e intendentes. Está poniendo a "la Nación" como una entidad distante de las provincias que la componen. Es que ha puesto a la "política" en suspenso.
No hemos logrado escapar de la amenaza del "autoritarismo": "la política", en 40 años, no ha sido capaz de construir la cultura del consenso.
La puerta se abrirá el 20 de noviembre. ¿Dónde iremos?