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La política se provincializa cada vez más

En 2023, solo 4 o 5 distritos tendrán sus elecciones provinciales en simultáneo con la presidencial.

Entre 19 y 20 provincias tendrán sus resultados definidos antes de la elección general nacional
Entre 19 y 20 provincias tendrán sus resultados definidos antes de la elección general nacional
Julio Burdman 18 marzo de 2023

La gran mayoría de las provincias han "desdoblado" su elección de gobernador de la presidencial, que está prevista para el 22 de octubre. Lo habitual es que muchas lo hagan, pero lo destacable de 2023 es la magnitud del fenómeno: esta vez, solo 4 o 5 distritos tendrán sus elecciones provinciales en simultáneo con la presidencial, mientras que los otros 19 o 20 lo harán antes. 

Esto es un indicador más de la imparable provinciaIización de la política argentina, y del bajo compromiso de los líderes locales -es decir, de quienes deciden desdoblar- con el proceso político nacional. En general, desdoblan para librarse de las presidenciales, a las que perciben como una carga tóxica para sus campañas locales.

Lo más parecido a esto fueron las elecciones presidenciales de 2003, donde solo 2 provincias votaron cargos locales ese mismo día. Si vamos a hacer comparaciones, 2003 no solo fue la elección más "desdoblada" desde 1983, sino que también fue la más fragmentada. 

En aquella oportunidad hubo 5 candidatos competitivos (Menem, Kirchner, López Murphy, Rodríguez Saá y Carrió) cada uno de los cuales obtuvo entre 14 y 24% de los votos. Dicha fragmentación, aunque se puede explicar por la división de los partidos -la pulverización de la Alianza y la interna del peronismo-, fue facilitada por el desdoblamiento, sobre todo en el caso del peronismo: el "movimiento" pudo darse el lujo de tener tres candidatos a presidente, porque las elecciones legislativas y de gobernador iban a realizarse otro día.

Entonces, es válida la pregunta sobre el impacto que va a tener la super-provincialización de 2023 en las presidenciales de octubre próximo. Venimos de una elección 2019 de alta concentración, ya que entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se alzaron con el 89% de los votos. Todo indica que eso no se va a repetir, ya que esta vez tenemos al menos tres fuerzas competitivas: las dos de 2019, más Milei. 

Pero cabe aclarar que las alianzas aún no están formalizadas ante la Justicia Electoral, y que estos niveles de desdoblamiento provincial-nacional pueden incentivar la división de las dos coaliciones grandes. Porque a la mayoría de los candidatos a gobernador les da lo mismo. Es algo que hoy luce poco probable, pero no debe descartarse.

A todo esto, otro fenómeno raro de 2023 es la "provincialización temprana": 9 provincias van a elegir gobernador en los meses de abril y mayo. Es decir, antes de la convocatoria a las PASO, la inscripción de alianzas y de las precandidaturas presidenciales. 

Dos datos surgen de esto:

  • Que cualquiera de los candidatos a gobernador en esas provincias estaría también habilitado a presentarse como candidato presidencial, ya que no habría superposición ni impedimento legal.
  • Que al momento de cerrar las alianzas y las precandidaturas presidenciales habrá bastante información sobre las tendencias electorales provinciales, que será útil a la hora de tomar decisiones.

Las provincias "tempranas" son 9: Río Negro, Neuquén, Jujuy, La Rioja, Misiones, La Pampa, San Juan, Salta y Tucumán. De todas ellas, la que más impacto tendrá en el panorama nacional será esta última, que votará el 14 de mayo. Es la más populosa de las provincias que gobierna el peronismo (salvo Buenos Aires, obviamente), y allí se medirán  diferentes hipótesis. Tucumán será un laboratorio electoral nacional.

En primer lugar, está el factor justicialista. El gobernador, Juan Manzur, es hoy la principal esperanza del interior peronista de tener un candidato presidencial dentro del Frente de Todos. 

Manzur ya tiene un acuerdo con Osvaldo Jaldo, el actual número dos del gobierno provincial: hay fórmula invertida (Jaldo gobernador - Manzur vice), hacen campaña juntos, y si ganan por amplio margen (más de 45% de los votos), Manzur lanza esa misma noche su precandidatura presidencial. Estaría habilitado a hacerlo porque, como dijimos, los plazos lo permiten. 

Y si Manzur gana en forma contundente, tal como él espera, supone que su porcentaje victorioso no pasará desapercibido en la política nacional, sobre todo si las encuestas de otros precandidatos presidenciales a la fecha vienen decepcionantes.

En segundo lugar, está la interna de Juntos por el Cambio. Uno de los problemas que tiene la coalición opositora, que en las expectativas de la comunidad politizada es el número puesto para ganar las elecciones presidenciales, es que se instaló en la opinión pública la imagen de que tienen muchas peleas internas. Y en muchas de las provincias "tempranas" esto se nota. 

En Tucumán, el enfrentamiento es entre los radicales y el PRO. Acaban de sellar un acuerdo de unidad: la fórmula será encabezada por el diputado radical Roberto Sánchez, y será secundado por el intendente de San Miguel, Germán Alfaro, quien pertenece al PRO, es peronista de origen y está alineado con Rodríguez Larreta a nivel nacional. La duda es cómo saldrá el experimento. Juntos por el Cambio puede captar muchos votos con esta fórmula, y a nivel nacional puede ser un modelo de convivencia armónica después de un enfrentamiento que los había dejado cerca de la ruptura. 

En tercer lugar está el factor Milei. El economista libertario está instalado desde hace rato como precandidato presidencial competitivo, se había desestimado una alianza con los "halcones" de Juntos por el Cambio, y no tenía partido ni estructura nacional. 

En ese marco, enfrentó un dilema: armar un partido con gente totalmente nueva y ajena a la política, al estilo del Cinco Estrellas de Beppe Grillo en Italia, o unir fuerzas con políticos locales instalados. Descartó el modelo Beppe y fue por una vía intermedia: en algunos casos se alió con apellidos provinciales bien conocidos (Menem, Urtubey, Bussi), y en otros sumó políticos desconocidos en su propio pago, aunque no 100% nuevos en el metier. 

El desafio de Milei es demostrar que su marca sirve para potenciar a los candidatos locales que sumó. En Tucumán, Ricardo Bussi sin Milei era un candidato de 10%, sino menos; la duda es cuán lejos llegará junto a Milei. Si el libertario logra que el 14 de mayo Bussi orille los 18 o 20 puntos, habrá demostrado que es un candidato presidencial temible para las dos coaliciones instaladas.


 

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