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Frente de Todos

El juego imposible

A las incertidumbres propias de la gestión al Frente de Todos se le suman el no tener un candidato atractivo y estar atrapado en un juego sin salida.

En el FdT parece no haber nada por lo que luchar, ni legado que defender.
En el FdT parece no haber nada por lo que luchar, ni legado que defender. .
Lucas Sebastián Raffo 31 octubre de 2022

El tablero de control del Frente de Todos tiene varias luces rojas, por no decir la mayoría. A las dificultades propias del contexto social y económico y el no acuerdo sobre qué hacer en él se les suma la dificultad de encontrar un candidato que se decida a ponerse el traje para ir a jugar. En off agregaría yo: nadie quiere hacerse cargo del muerto. Mientras en Juntos por el Cambio algunos ya van a la sastrería a tomarse las medidas para el traje de presidente, las declaraciones de Massa y de Máximo Kirchner agregan incertidumbre a la estrategia electoral del peronismo (que ya tendría que ir discutiéndose puesto que en algunos meses algunas provincias entran en modo electoral).

Voy a tratar de pensar lo que puede suceder en forma de axiomas, para demostrar que, si bien hay tiempo, las cosas aparecen más complejas que de costumbre:

1-Hoy (y hago énfasis en hoy/por ahora/hasta el momento) los indicadores en las encuestas nos dicen que el Frente de Todos se encamina hacia una derrota. Según una encuesta de Ad Hoc, 78% de los encuestados creen que la economía estará igual o peor dentro de tres meses, 89% cree que la inflación del mes siguiente será igual o más alta que la del mes en curso y la aprobación de la gestión del gobierno ronda el 19% (en algunas encuestas puede subir hasta 25-26%). Obviamente en este contexto, los incentivos para poner la cara por el Frente son pocos.

2- De hecho, los dirigentes intermedios del Frente de Todos (que hasta hace algunas semanas recorrían distritos, generaban armados, y rosqueaban) tienen una conducta casi de retirada: cuidar lo poco que se tiene y recluirse en cuarteles de invierno parece ser la premisa. Ministros que vuelven a sus intendencias, gobernaciones, bancas, planificando una retirada táctica para fortalecerse en sus pagos chicos.

3- Ninguno de los dirigentes principales (posibles presidenciables) tiene buenos indicadores de imagen. Retomando la misma encuesta, Massa, Cristina y Alberto concentran el rechazo (de base) de dos tercios de los encuestados, y su imagen positiva a duras penas llega al 25%. Máximo y Kiciloff tampoco están mejor.

4- La esperanza del peronista racional del interior que se ponga el poncho tampoco aparece en el horizonte: en años electorales uno podía ver desfilando por los medios porteños a diferentes gobernadores para mostrar su modelo de gestión y posicionarse como una alternativa. La ausencia de este fenómeno explicita la intención de los gobernadores: cuidar la quinta, y evitar que la ola del descontento con la política nos lleve puestos.

5- ¿Y la regla de que el presidente en ejercicio tiene el derecho de ir por la reelección? Alberto Fernández tiene las ganas, pero no el apoyo suficiente: los cuestionamientos llegan de cada vez más rincones del Frente de Todos. Es imposible pensar en un candidato con tan poco consenso interno (aunque quizás, sea el único que de verdad quiera). Máximo Kirchner en parte desliza eso en sus declaraciones a El Destape.

6- Las declaraciones de Sergio Massa y Máximo Kirchner indican que hasta el momento (y hago énfasis en hasta el momento/ hoy/por ahora) Cristina no sería candidata, y Massa (presionado por su familia según él mismo) tampoco. Alberto no obstante declara que, si Sergio Massa quisiera, él lo apoyaría. En resumen:

  • Posibles candidatos con amplio nivel de conocimiento, pero con rechazo consolidado de una mayoría de la sociedad.
  • Un contexto económico que, aunque se ordene la macro, no genera expectativas en la sociedad.
  • Referentes provinciales o municipales que vinieron a darle cuerpo al gabinete en completa retirada.
  • Gobernadores sin ganas de mostrarse para ir por el premio mayor.
  • Un presidente con ganas de ir por la reelección sin consenso.
  • A los líderes principales del Frente de Todos con evasivas, jugando al huevo podrido. 

Alberto primero dice que quiere, Massa dice que no jugaría, Máximo dice que Alberto estaría en carrera, pero solo, y luego Alberto dice que, si Massa está mejor que él, tendría su apoyo. Hoy el Frente de Todos es un juego imposible, traduciendo en su estrategia política y electoral la cadena de vetos, desordenes e internas que han sido la característica fundamental de la gestión. Lo que en el fondo desnuda este juego, es que parece no haber nada por lo que luchar, ni legado que defender.

¿Así? Difícil.

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