Existe una sentencia muy corriente en el mundillo político, periodístico, empresarial y consultoril que indica que el partido amarillo no tiene salida estratégica.
Si le va bien a Javier Milei, él cobrará todo el rédito y absorberá todo ese segmento electoral, mientras que, si le va mal, el PRO quedará pegado a la suerte presidencial y se diluirá. A primera vista surge como muy correcto y admite poca disidencia. Pero la pregunta entonces es, si Ud. fuera consultor de esa fuerza, ¿qué le aconsejaría, que no sea comprar velas?
Primero, se debe profundizar la problemática. El PRO (con Juntos) no solo quedó tercero -cuando existía la posibilidad de que saliera primero- sino que además quedó muy fragmentado. Al ingresar Patricia Bullrich al gabinete, para la opinión pública significa que forma parte de la gestión presidencial, lo cual le complica el margen de maniobra a Mauricio Macri, nuevo mandatario partidario, quien resiste ir a casarse al altar.
Luego, el propio líder se encerró al decir que el shock Milei es lo que él debería haber hecho cuando fue presidente.
A partir de eso, más allá de las disputas de liderazgo entre la ministra y su ex jefe político, quedaron complicados ambos en sus respectivos juegos estratégicos.
La segunda cuestión a plantear son los matices del escenario, porque a Milei le puede ir bien, le puede ir mal, o le puede ir más o menos. Es decir, el escenario no es sólo binario, y aquí empiezan la apertura hacia distintas alternativas, ninguna de ellas sencillo.
En la política, como en la vida, se tiende a simplificar bastante las opciones disponibles bajo la lógica de que todo lo que suene muy complejo de materializar es técnicamente imposible. O dicho en términos populares, "es un chino".
Sin embargo, las genialidades en la historia universal nacen precisamente de la creatividad estratégica.
Hagamos entonces el ejercicio de darle una respuesta fuera de lo común a la encerrona estratégica.
Escenario 1: a Milei le va bien
Como se comentó al principio, el dueño de la marca se llevaría toda la ganancia desde todo punto de vista, y eso no le deja otra opción que al PRO que aliarse electoralmente a la LLA, so pena de dejar de existir, más aún cuando Bullrich ya está adentro.
En ese caso, los amarillos deben poner todo el énfasis en la mesa de negociación para obtener lo máximo posible en las listas legislativas 2025. Obvio que pueden intentar ir por separado, pero luce extremadamente dificultoso: preferible ser el socio minoritario de algo que triunfe y no tener el 100 % de un negocio que no funciona.
Con un poco de suerte, Macri podría auto proponerse a ser el candidato de Milei en la CABA y aceptar una conducción externa. No es lindo, pero no queda otra.
Escenario 2: a Milei le va mal
Acá se abren algunos matices. Dado que la opinión pública lo ve al PRO dentro del gobierno, la pregunta es en qué momento Macri -porque Bullrich ya no tendría opción- comienza la maniobra de despegue, teniendo en cuenta que las situaciones no se complican de la noche a la mañana, sino que conforman una transición.
Opción 1: iniciar un proceso progresivo que tiene el riesgo de que "ahora que a Milei le va mal, se separan" con connotación negativa.
Opción 2: maniobrar en el proceso con la suficiente muñeca de modo de ir sintonizando adecuadamente con su público potencial, en la línea "comparto los objetivos, pero no vemos que las reformas se están haciendo de manera adecuada". El posicionamiento final debería tratar de desembocar en "nosotros los advertimos, pero no nos escucharon, había que poner gente con experiencia". Muy complejo, pero...
Escenario 3: a Milei le va más o menos
En este caso ¿tiene margen el PRO para no ser socio electoral del presidente y decir algo así como "marchar separados, golpear juntos". O, dicho de otra manera, "preferible contarnos las costillas y después vemos". Muy difícil en el mundo binario, sobre todo porque los principales jugadores -Milei y CFK- jugarán a exacerbar el blanco - negro.
Pero, ¿qué pasa si el target correspondiente dice "me gusta el rumbo, pero no se la tiene que creer, preferible mandar un mensaje de apoyo crítico"? Eso abriría la puerta para un juego estratégico que lo pudiese poner al libertario en un brete. "Pero así puede ganar el kirchnerismo", dirán desde el gobierno, "sí, pero si Uds. no escuchan, solo los acompañaremos hasta la puerta del cementerio". Ian Fleming diría, "más allá de lo probable, pero no de lo imposible".
Todas estas variantes hacen difícil responder a la pregunta sobre cuál de los 3 escenarios le conviene más a Macri / PRO, o por lo menos cuál es el menos malo. Dada la dificultad concreta, solo se puede augurar una difícil y larga transición en la relación entre el actual presidente y el ex.